Ataque de pánico: ¿qué debes hacer?

crisis de panico
💡 Tabla de Contenido
  1. Concéntrese (o anime a la otra persona a que se concentre) en respirar lenta, profunda y tranquilamente
  2. Cuente hasta diez, solo o con otra persona
  3. Distraerse: hablar, moverse, concentrarse en un punto de su campo de visión
  4. Nombre lo que le está pasando y respira

La palabra "pánico" sugiere la respuesta inadecuada y exagerada de alguien. Sin embargo, un ataque de pánico no tiene mucho que ver con estar histérico. Las personas que lo experimentan no tienen control sobre él y experimentan un miedo abrumador durante el ataque. Se acompaña de grandes dificultades respiratorias y otros síntomas somáticos muy molestos.

La prevalencia de los ataques de pánico es alta: se estima que aproximadamente el 3% de los hombres y el 5% de las mujeres experimentarán un ataque de ansiedad durante su vida. Incluso si nunca ha experimentado un ataque de pánico, vale la pena saber qué hacer y cómo ayudarse a sí mismo o a alguien a su alrededor. Esto puede ser tan importante como saber primeros auxilios.

El ataque de pánico es un término bastante amplio y es difícil definirlo. Profesionalmente, se define como un estado de ansiedad severa que se produce de forma repentina o como consecuencia de un estrés de mayor o menor intensidad.

La sensación de pavor aumenta a medida que la persona que experimenta el ataque comienza a concentrarse en las sensaciones del cuerpo: los latidos cardíacos acelerados y la respiración.

También comienza a temer por su propia salud, aparecen pensamientos catastróficos ("Voy a morir", "No podré respirar"). Esto hace que los síntomas somáticos empeoren y provoquen hiperventilación, es decir, respiración acelerada y/o excesivamente profunda.

Muchas personas también experimentan ansiedad severa acompañada de dificultades respiratorias, lo cual no está asociado con el temor por su propia salud y vida. Estos estados pueden ser consecuencia de un estrés crónico, una situación repentina y estresante o una experiencia traumática (por ejemplo, un accidente de tráfico).

En este artículo, nos centraremos en las mejores prácticas tanto cuando alguien está experimentando un ataque de pánico total, como cuando usted o alguien a su alrededor simplemente experimenta una repentina oleada de ansiedad combinada con síntomas somáticos. Para una mayor preparación, también es recomendable solicitar ayuda a psicólogos expertos como los que puedes encontrar en Psicopartner.

Concéntrese (o anime a la otra persona a que se concentre) en respirar lenta, profunda y tranquilamente

La ansiedad en un ataque de pánico es iniciada o impulsada por la creencia de que no podrá respirar. En realidad, sin embargo, la persona que experimenta un ataque de pánico puede recuperar el control de esta respiración. Si está solo, intente centrar su atención en inhalar conscientemente por la nariz y exhalar por la boca. Contar mientras se respira también puede ser útil, como dedicar 4 segundos a inhalar y otros 8 segundos a exhalar.

Si está acompañando a la persona que sufre el ataque de pánico, anímala a respirar conscientemente y, sobre todo, a respirar tranquilamente con ella. Si es posible, coloque su mano sobre su pecho para que pueda "sentir" su respiración tranquila y así calmar la suya. Hable con voz tranquila mientras lo hace. Tranquiliza a la otra persona diciéndole que todo está bien y que te quedarás con ella todo el tiempo que sea necesario. Pero elimine de su vocabulario términos como "no seas histérico" o "deja de entrar en pánico".

Concentrarse en su respiración es el primer método para ayudarlo con un ataque de pánico y generalmente es efectivo. La respiración consciente también puede ser "asistida" por materiales especiales en YouTube, así como por GIFs y animaciones publicados en Internet, que ayudan a establecer el ritmo y la frecuencia correctos de la respiración.

Cuente hasta diez, solo o con otra persona

Este método es eficaz para aquellos que no pueden controlar conscientemente su respiración o que hiperventilan aún más cuando respiran conscientemente. Contar hasta diez es una tarea fácil, pero también requiere que concentre su atención y desvíe su atención de la ansiedad abrumadora. Cuente en voz alta.

Si está apoyando a la persona que está experimentando un ataque de pánico, pídale que cuente hasta diez y anímela a completar la tarea sobre la marcha. Si se queda sin aliento, diga dos o tres números y luego anímela a continuar la tarea por su cuenta.

Distraerse: hablar, moverse, concentrarse en un punto de su campo de visión

Si el ataque de pánico recién está comenzando y/o la persona que experimenta el ataque puede respirar con relativa calma, la distracción por sí sola puede ser suficiente.

Involucre a la otra persona en una conversación sobre un tema que le interese (o busque a alguien con quien hablar; también puede intentar hablar con usted mismo).

Si su condición o el estado de la persona a quien apoyas lo permite, también puedes realizar ejercicios sencillos como flexiones o saltos. También puede ser útil enfocar la vista en un punto (por ejemplo, una pintura en una pared) o concentrar toda su atención en una actividad simple, por ejemplo, apretar el dobladillo de una blusa.

Nombre lo que le está pasando y respira

Algunas personas también reciben ayuda racionalizando su propia condición y afirmación, es decir, repetir una opinión "positiva" sobre su propia situación. En caso de un ataque de pánico, puede decirse a sí mismo o a la otra persona algo como esto:

“Me siento abrumado por el miedo. Es un ataque de pánico. Aquí estoy y me encuentro completamente a salvo. Respira "

En raras ocasiones, un ataque de pánico es lo suficientemente grave como para provocar dificultad para respirar y/o pérdida del conocimiento. En tal situación, debe llamar a una ambulancia lo antes posible.

Si la descripción anterior de los ataques de pánico le suena familiar, vale la pena consultar a un psicoterapeuta. El especialista lo ayudará a lidiar con los ataques y su miedo a ellos, y junto con usted, analizarán las causas y cómo puede lidiar con ellas.

Si los ataques continúan o se vuelven extremadamente angustiantes, un psiquiatra también puede ayudar a recetar medicamentos contra la ansiedad.

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